Levantando Vuelo con el Ensamble Kumañí

Bautizo de su primer compacto

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Prensa Kumañí (Héctor Escalante)

kumaniensamble@gmail.com

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Levantando vuelo es el nombre de la primera producción discográfica del Ensamble Kumañí, bautizada el pasado domingo 9 de diciembre en el ambiente colonial de la Casona Anauco Arriba , ubicada en San Bernardino (Caracas), con la presencia de amigos y familiares de los integrantes del grupo, así como de los medios de comunicación.

Sorprendidos quedaron los asistentes al evento cuando Nodelis Colmenares, del grupo de teatro "Procenio" de la Universidad Bolivariana de Venezuela, aperturó el concierto de bienvenida con un performance alusivo a la leyenda de la Diosa "Kumañí", mientras los integrantes del sexteto hacían sonar unas ocarinas, en una especie de ritual chamánico en el que parecían evocar el misticismo de los Yaruros, etnia indígena del estado Apure de donde proviene el nombre de la agrupación.

Los temas Una Guará, en una versión combinada con El Avispero, Caballito de Mar, Tibisay, Sentida Canción y Mis Hermanos, fusionada con Aragua Linda, conformaron el repertorio que se ofreció al público de manera intercalada con la intervención de cada uno de los integrantes del Ensamble, en una original y dinámica demostración artística que ellos mismos denominaron "Tertulia Animada", donde se identificaron y relataron anecdóticamente el significado y la autoría de cada canción.

Origen universitario

Kumañí es un ensamble de música de cámara venezolana, dedicado a la interpretación de ritmos tradicionales, con arreglos propios, que tuvo sus inicios en los pasillos de la Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela, reveló Héctor Oropeza.

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"Algunos de nosotros pertenecíamos al Grupo Experimental de Música de la Escuela de Educación, especializado en explorar todo tipo de ritmos y estilos musicales, entre ellos la música venezolana. Yo pertenecía a ese grupo igual que Marlon (el violinista). Después se integraron Erasmo (el maraquista) y Kenny (el bajista)", expresó el cuatrista del grupo, quien además es profesor de Lengua, egresado del Pedagógico de Caracas.

La inquietud por difundir la música venezolana en todos sus géneros y modalidades, fuera del ámbito universitario, impulsó el surgimiento del Ensamble Kumañí en enero del 2005. Pero al poco tiempo se hizo necesario incorporar a nuevos integrantes.

Llegaron por casualidad y se quedaron

Fran Giraldo, el oboísta, reseña que aunque su especialidad era la música clásica, la que ha interpretado, antes en su natal estado Anzoátegui y ahora en Caracas, en la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, siempre tuvo la inquietud de incursionar en el género tradicional. Y así fue que la casualidad lo llevó hasta el Ensamble Kumañí, un año después de haberse conformado.

"Mi ingreso fue de manera fortuita, porque los muchachos estaban buscando a una flautista o a un flautista, y yo, ni corto ni perezoso, me aproveché de la situación y me ofrecí como oboísta, pero la idea no les pareció del todo agradable. Audicioné y luego del primer ensayo, ellos cambiaron de opinión y aquí estoy", manifestó con orgullo Frank Giraldo, quien es egresado del conservatorio de música Simón Bolívar.

Con Brigitte Zambrano, la voz solista del Ensamble, también sucedió algo similar. Caracterizada por su sonoro timbre de voz, Brigitte confesó que por casualidad asistió a varios de los ensayos con la agrupación, por lo que logró aprenderse todas sus canciones.

"Un día, la cantante no fue y los muchachos me pidieron que asumiera momentáneamente por ella, pero les gustó tanto que… me quedé", comentó sonriendo la esbelta morena clara, natural del estado Portuguesa, bajo la mirada complaciente de sus otros cinco compañeros.

Brigitte no es cantante profesional, su verdadera preparación fue como violista. Sin embargo, ella asegura haber aprendido mucho de una tía que era cantante de música tradicional venezolana. Luego continuó con la formación académica para poder dar clases a nivel infantil.

Levantando Vuelo

Doce temas conforman el disco, que se pasea por ritmos venezolanos como el joropo, el vals, el merengue y la onda nueva; en formato de cámara y con arreglos novedosos, explicó el violinista del grupo, Marlon Marcano.

Dos de las canciones fueron compuestas especialmente para Ensamble Kumañí y el resto son temas tradicionales, cuyas letras son ampliamente conocidas por el pueblo venezolano, como Apure en un viaje, Curruchá y El avispero.

Según Marcano, quien también es educador, egresado de la Universidad Central de Venezuela, “este es un buen momento para lanzar en el país, discos de música nacional, debido al empuje que ha dado la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión”. Sin embargo, criticó a algunas estaciones de radio que lo hacen de mala gana y burlándose del músico.

En cuanto al título del disco (Levantando Vuelo), Kenny Guzmán, el bajista, asegura que este viene dado por una de las canciones. "Es una fusión entre dos temas, una pieza clásica que se llama El vuelo del abejorro, y una pieza de un compositor venezolano que se llama El vuelo de la mosca. Quisimos llamar a nuestra canción El vuelo y luego de allí nació el título del disco", aclaró Guzmán, quien cursa estudios de jazz en Instituto Universitario de Estudios Musicales, Iudem.

Variedad al estilo Kumañí

El repertorio de Kumañí se caracteriza por la interpretación de canciones instrumentales y vocalizadas, lo que hace que su música sea diferente a la del resto de los ensambles de origen venezolano, que por lo general, no suelen mezclar estas dos variantes.

Otro elemento que concede un estilo diferente a la música que interpreta esta agrupación, es la incorporación del oboe, “un instrumento más típico de la música clásica que de la música tradicional venezolana”, según Frank Giraldo, razón por la que a su juicio, hay pocos oboístas que tocan en grupos. Giraldo además reconoce que no es nada fácil interpretar la música venezolana con este instrumento, “pero de todas formas lo estoy haciendo y creo que está saliendo bien”, puntualizó confiado en su labor.

Aún cuando no es fácil indagar sobre la música indígena, la investigación documental y la relación de los integrantes del grupo con antropólogos e instituciones relacionadas con el tema étnico, ha propiciado también la inclusión de la cultura aborigen en sus interpretaciones.

En ese sentido, las maracas, manejadas con agilidad y gran destreza por Erasmo Villaroel, dentro de la agrupación, constituyen la herencia musical más importante de nuestras etnias aborígenes. “Pero también representan uno de los instrumentos de percusión más importantes porque proveen ritmo en el espectro de frecuencia alto”, señala Villaroel, quien además se ha especializado en la percusión afrovenezolana bajo la formación del maestro Ismael Querales.

Satisfechos por los resultados obtenidos en las distintas presentaciones que han ofrecido en varios escenarios populares, estos 6 músicos consideran que sus trabajos más interesantes han sido durante los conciertos didácticos que han ofrecido en algunas escuelas, porque de esa forma han podido "mostrarle a los niños la música venezolana y sus diferentes géneros, los instrumentos, de donde vienen, etc".

El Ensamble Kamuñí ya trabaja en la producción de su segundo disco, el cual esperan llenar de temas originales. Por lo pronto, el primer CD ya está a la venta en las distintas discotiendas del país. Sin embargo, para aquellos que no saben esperar, el grupo lo reparte a domicilio si se pide a través del correo electrónico ensamblekumani@gmail.com.